A menudo, creemos que esto de la comunicación queda solo reservado a las grandes organizaciones, que son las que pueden disponer de departamentos de comunicación o de profesionales externos que les hagan el trabajo. Pero lo cierto es que hoy la comunicación está al alcance de todo el mundo, y es en los pequeños ejemplos donde a veces encontramos las mejores prácticas comunicativas.

Conozco el caso de un pescadero de un mercado de Barcelona que, tres veces por semana, de buena mañana justo antes de abrir su puesto, con el móvil en la mano, graba un vídeo del pescado que tiene ese día, con las ofertas que hace y también con alguna que otra recomendación sobre cómo cocinarlo o cómo comerlo. El hombre, con unas ciertas habilidades comunicativas, activa tus papilas gustativas al mostrarte aquel producto tan fresco y de tanta calidad. Su éxito radica en que envía ese vídeo a todos sus clientes con un simple Whatsapp y al minuto recibe un montón de encargos de clientes alentados por tan buen producto.

¡Aún no ha abierto el puesto y ya tiene gran parte del trabajo hecho con casi todo el pescado vendido! ¡Cuántos expertos en comunicación y marketing querrían tener las habilidades, la eficiencia y el saber del pescadero para poder aplicar parte de esta comunicación tan directa, clara y sincera a sus rebuscadas estrategias o campañas! Y con tan buenos resultados con un coste cero.

Comunicar es fácil; solo se trata de saber hacerlo de la forma más sencilla y honesta posible, llegando de manera directa a nuestros destinatarios. Lo que podríamos denominar como “la estrategia del pescadero” se puede aplicar en numerosas situaciones, casos y sectores, sin necesidad de influencers ni de costes inalcanzables.

Si alguna cosa ha cambiado en la comunicación en los últimos años es el hecho de que, hoy, todos podemos ser medio de comunicación, líder de opinión y fuente de información en potencia. La credibilidad ya no radica en las organizaciones, sino en las personas. Sabiendo esto, solo debemos de ponerlo en práctica. Somos personas comunicadoras y tenemos los medios a nuestro alcance.

¿A qué estamos esperando?