Probablemente, uno de los grandes retos de la comunicación hoy sea el de cómo traducir lo que hacemos o lo que queremos decir para que nos entienda la sociedad. Llegar al ciudadano se ha convertido en una carrera de obstáculos, de manera especial en todo aquello relacionado con el lenguaje. Porque, demasiado a menudo, sociedad y corporaciones o administraciones hablan un lenguaje muy alejado de las personas e, incluso, ininteligible.
Nuestra tarea como comunicadores se centra en saber explicar, fuera y también dentro, qué hacen las empresas y las organizaciones de manera que sea comprensible para la mayoría de las personas. Un buen ejercicio para hacerse entender es ser capaz de colocar lo que queremos decir en el mensaje de una camiseta. Si funciona, nos entenderán; si no funciona, hemos fracasado. Puede parecer demasiado fácil, pero lo cierto es que resulta del todo difícil simplificar aquello que queremos decir hasta traducirlo en el mensaje impreso en una camiseta.
Sectores como el político ya hace tiempo que aplican la fórmula y acostumbran a simplificar los mensajes para animar o llegar a los votantes. En el ámbito corporativo, sin embargo, resulta más complejo poder traducir lo que queremos decir y hacerlo comprensible para la mayoría de las personas, especialmente cuando se trata de procesos, proyectos o soluciones de alta complejidad.
“Colócalo en una camiseta” debería ser la fórmula mágica como ejercicio habitual de la comunicación corporativa para hacer el esfuerzo de hacernos entender sin caer en la demagogia o el populismo. El “Just do it” de Nike o la “Chispa de la vida” de Coca-Cola son dos ejemplos que nos pueden servir de guía, aunque en este caso se trate de dos eslóganes publicitarios.
No en vano, en todo el mundo están creciendo las voces que reclaman un lenguaje claro para muchas de las actividades cotidianas y particularmente para todo lo referido al sector público. Traducir, simplificar y hacernos entender debería ser una máxima de la comunicación en los próximos años, si no queremos ver fracasar muchas de las estrategias corporativas.
¿Y si lo probamos?
0 Comentarios