“¡Y una mierda!”, exclamaba Patrícia Plaja, portavoz del Gobierno catalán, en el comunicado emitido a raíz de la polémica con su escote durante una entrevista en TV3.
A estas alturas, todos deben haber oído lo que sucedió la semana pasada durante una entrevista a la portavoz en Els Matins de TV3: aprovechando la pausa para un vídeo de 25 segundos, la realización del programa “subió” el escote de Plaja aduciendo que la portavoz se sentía incómoda (“Ella misma se ajustaba el top”, decía el tweet que publicó el programa).
La portavoz del Gobierno respondió emitiendo un comunicado en el que se expresaba con contundencia. Entre otras cosas, decía: “Dicen que una crisis es una oportunidad. ¡Y una mierda!”.
Desde la publicación de este comunicado, una pregunta ronda en mi cabeza: ¿Desde un punto de vista comunicativo, era aconsejable la emisión del comunicado?
En primer lugar, debe destacarse que, como siempre, resulta fácil opinar sobre una acción o decisión cuando ya está tomada. Muy probablemente, si no hubiera habido comunicado también nos encontraríamos, como ahora, con opiniones favorables y contrarias al hecho de no haberlo emitido.
Dicho esto, me planteo las siguientes reflexiones:
¿Qué hacer en casos como este? La polémica causó bastante revuelo en redes sociales y medios convencionales. En la mayoría de estas situaciones, siempre es recomendable pronunciarse y ofrecer la propia versión de los hechos. Pero existen algunas excepciones, y puede que aquí hubiera de situarse el tema que nos ocupa, que, para decirlo de forma diplomática, aconseja “no remover la porquería”. Es decir, precisamente por el revuelo que se generó, no darle más importancia porqué, cuánta más se le concede, más revuelo genera y más se polemiza. En definitiva, si damos la versión de los hechos, estamos alargando el tema y, por lo tanto, la polémica (aquello de “la porquería, cuánto más se remueve, más hedor genera”).
¿Cuándo hacerlo? Otra cuestión es el “tiempo de reacción”. La entrevista tuvo lugar el 15 de junio antes de las 9h de la mañana y el comunicado se hizo público el 16 de junio por la tarde, casi 48 horas después. Habitualmente es aconsejable – una vez se ha tomado la decisión de responder y ofrecer la propia versión de los hechos – hacerlo en un margen de tiempo más breve. Si se alarga el tiempo de reacción, se transmite una imagen de duda y de inseguridad sobre qué decir y cómo decirlo, nada deseable en casos de estas características.
Formato y canales del mensaje. Esta es la variable que quizá más dudas me ha generado sobre la conveniencia de emitir un comunicado escrito. La portavoz comparece CADA SEMANA en conferencia de prensa ante los medios de comunicación que pueden preguntarle sobre cualquier cuestión [como explicava Susanna Quintana en este artículo].. Evidentemente, la polémica sobre el escote habría estado (y puede que aún esté) en el orden del día de las preguntas de la conferencia informativa de los martes. Hoy sabremos si le van a preguntar al respecto y también si ella responde “ya dije lo que debía en el comunicado del día 16” o si desea añadir alguna otra reflexión.
Establecer precedente. Es la reflexión que me hago siempre que me encuentro ante casos como este. Está claro que, emitiendo este comunicado, se ha establecido un precedente. Una vez hecho, deben definirse criterios muy claros que determinen, a partir de ahora, qué casos serán “suficientemente importantes” para requerir de un comunicado por escrito de la persona afectada y cuáles no. Porque el hecho de “por qué unos sí y otros no” puede desencadenar otra polémica.
El tono. Teniendo en cuenta lo que significa que una televisión pública tape un escote en pleno siglo XXI (dejando al margen los motivos que esgrime), la contundencia debía ser el tono del comunicado. No podía ser de ninguna otra forma.
Y una última reflexión que nada tiene que ver con la decisión de emitir el comunicado pero que considero que nos debería preocupar y, por lo tanto, ocupar: ¿La polémica del escote dejó en segundo plano el motivo de la entrevista a la portavoz del Gobierno (que el Gobierno se acercará a la población y atenderá las preguntas de la ciudadanía)? ¿O, por el contrario, provocó que llegara a más gente? Cualquiera de los dos supuestos sería lamentable desde un punto de vista comunicativo, pero, sobre todo, desde el punto de vista de la reivindicación feminista.
¿A nivel político sería aconsejable emitir este comunicado? ¿Qué contenidos/imágenes debe censurar una televisión pública? Estas preguntas o reflexiones ya serían motivo para otro post. Para una tesis doctoral, probablemente.
[las imágenes de este artículo son capturas de la emisión de TV3 publicadas por El Periódico]
0 Comentarios