La semana pasada, en este mismo espacio, Sílvia Ramón-Cortés invitaba a la reflexión sobre la necesidad de reivindicar el periodismo en unos momentos especialmente convulsos para la profesión, con periodistas protagonistas de hechos que nunca deberían haber sucedido. Por desgracia, parece ser que las pésimas noticias con periodistas protagonistas no tienen ganas de vacaciones. Así que nosotros, por responsabilidad, tampoco haremos pausa en la reivindicación de la necesidad del periodismo, del buen periodismo. Seguiremos reivindicando el trabajo de los profesionales de la comunicación dedicados y esforzados en el buen ejercicio de su oficio; un oficio que, como todo, se encuentra en evolución. Porque los tiempos han cambiado y son muchos los retos planteados. Aquí y en todo el mundo.
Ello se observa con solo repasar el último Digital News Report, el estudio global sobre consumo de noticias más importante que coordina el Reuters Institute de la Universidad de Oxford. El informe 2022, elaborado a partir de más de 93 mil entrevistas en 46 países, documenta en sus conclusiones una creciente desconexión entre periodismo y público; por desconfianza, desinterés por la información e incluso por evasión deseada de la información:
- La confianza en las noticias ha disminuido prácticamente en la mitad de los países donde se han realizado las entrevistas. Crece el número de encuestados que perciben los medios informativos como dependientes de los grupos de presión políticos y empresariales. En España, el porcentaje de los que no confían en las noticias en general (39%) supera por primera vez el porcentaje de los que sí (32%).
- El interés por las noticias se ha reducido considerablemente en todos los mercados: ha pasado del 63% de 2017 al 51% este 2022. En España, el interés por las noticias ha caído 30 puntos desde 2015 (del 85% al 55%).
- En todos los países, ha aumentado el porcentaje de gente que manifiesta evitar las noticias a menudo o a veces. Señalan que las evitan por fatiga informativa, por cansancio en relación con determinados temas – política y coronavirus, por ejemplo -, por la desconfianza antes mencionada, porque les cuesta entender cómo se explican las noticias o porque no les resulta nada atractivo cómo se presentan – especialmente los jóvenes -, y también, y es una cifra en crecimiento, porque afectan su estado anímico. En España, el 35% de los encuestados afirma que evita las noticias.
Mal de muchos, consuelo de tontos, dicen. Evitémoslo. Trabajemos para revertirlo. Tengamos en cuenta para ello algunas de las claves que el informe también apunta: el mantenimiento del interés por las noticias más cercanas, el interés por la información especializada, la necesidad de simplificar el lenguaje y explicar o contextualizar mejor las informaciones complejas, las nuevas maneras de informarse y comunicarse del público más joven, la importancia de cada canal, nuevos modelos y nuevos formatos… y el valor del trabajo bien hecho y el reconocimiento de los profesionales que lo realizan.
Y aquí regresamos a lo que Sílvia Ramon-Cortés destacaba: el Código Deontológico de la profesión y que del lodazal solo nos sacarán aquellos que crean en su profesión y la defiendan. En el mismo sentido, convencida de ello, destaco el compromiso de las universidades catalanas con estudios de Periodismo y Comunicación, y de sus alumnos, con el Código Deontológico del Col·legi de Periodistes de Catalunya. Las universidades y el Col·legi trabajan para poner en valor el Código para afrontar los retos de la nueva era de la comunicación y contribuir de esta manera a la calidad democrática. Y, a pesar de que a alguien pueda parecerle una nimiedad, los alumnos de estas universidades, cuando se gradúen, realizarán juramento de compromiso con la ética de la profesión. No es insignificante el que lo hagan, porque estos alumnos – que deben poder ejercer su oficio en las mejores condiciones laborales – se preparan para ser los profesionales de la comunicación del futuro en medios, en gabinetes, en agencias, en nuevos formatos, en docencia… Una comunicación que queremos que sea buena, eficaz, eficiente, atractiva, potente, creíble y merecedora de la confianza del público.
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