Jueves 29 de mayo, el Hotel Casa Fuster de Barcelona acogió la celebración de los 30 años de Síntesi, un acto en el que se reunieron cerca de 200 personas con una característica común: todos y todas era amistades que se han ido sumando al camino de Síntesi a lo largo de estos 30 años. Porque, al fin y al cabo, el verdadero capital de las empresas no son los clientes, los proveedores, la facturación, los beneficios o los equipos humanos, sino el vínculo que se crea con las personas y que se traduce en experiencias inolvidables.

Personas que nos han enseñado, que nos han planteado retos, que nos han exigido, que han confiado, que nos han acompañado parte del camino, que han sumado, que han colaborado… Personas con las que hemos vivido momentos buenos y no tan buenos, con las que hemos llorado, con las que hemos triunfado y con las que hemos fracasado. Personas que queremos y que siempre llevaremos en nuestro corazón.

En 30 años, hemos vivido cosas tan locas como organizar un milenario, montar ruedas de prensa en Moscú, bajar a periodistas a 900 metros de profundidad en una mina de potasa, gestionar una crisis en pijama de madrugada y con un grupo de periodistas en medio de la nieve, organizar lo que se consideró el mejor rally del mundo, montar campeonatos de aerobic en las playas catalanas, cruzar los Pirineos por La Jonquera bajo tierra, editar al mismo tiempo 70 cabeceras periódicas, organizar el primer campeonato de botifarra de toda España o dormir en la habitación de Franco en el castillo de Mequinenza. Hemos vivido toda clase de experiencias y todas han sumado personas a nuestra historia, muchas de las cuales nos acompañaron el jueves 29.

En 30 años hemos aprendido que, si tu no dices lo que haces, alguien dirá lo que no haces; que las crisis no las provocan los hechos, sino la forma de reaccionar; que la receta de la reputación es el conocimiento, la credibilidad y la confianza, y que, sin conocimiento, credibilidad, ni confianza no es posible existir, y que resulta mucho mejor hacer lo que dices que decir lo que haces. Y hemos aprendido que la comunicación no se puede improvisar, que es necesario tener unos objetivos y un plan para alcanzarlos. Pero aún queda por aprender que es mejor comunicar menos y escuchar más o, al menos, escuchar antes de comunicar.

Y, claro está, gracias a todos los que han hecho posible este proyecto que ya se ha convertido en un referente de la comunicación en nuestro país. Y mil gracias a los que el jueves nos compartisteis tanta calidez, acompañándonos en el acto que toda la vida habíamos soñado. Gracias a vosotros, fue un aniversario feliz.