Neus Bonet i Bagant es una de las voces más inconfundibles de Catalunya. En el dial, es fácil reconocer su tono, el ritmo, la sonoridad… Ha estado casi siempre vinculada a la radio, sobre todo a Catalunya Ràdio, donde ha sido editora de informativos, de programas, de magazines de tarde y matinales. También ha trabajado en Ona Catalana y en la cadena SER, entre otros medios. Durante 10 años ha formado parte de la junta de gobierno del Col·legi de Periodistes de Catalunya, 6 de los cuales como decana. Su trabajo y su trayectoria han recibido muchos reconocimientos, como por ejemplo el premio Margarita Rivière al rigor, independencia y visión de género.
Escuchad el capítulo entero con Neus Bonet aquí [en catalán]:
Neus Bonet es una referencia en el mundo del periodismo. Especialmente vinculada a los medios radiofónicos, muchos de los oyentes la conocen por su trayectoria en Catalunya Ràdio, donde ahora está haciendo los informativos del fin de semana. Pero también ha sido decana del Col·legi de Periodistes de Catalunya y es un referente desde el punto de vista de la profesión.
He quedado impresionada con la presentación. ¡Cuando tienes tanta trayectoria significa que ya te estás haciendo mayor!
¿Cómo vives desde la radio toda la movida que hay en el mundo de la comunicación, donde todo el mundo es comunicador?
Los jóvenes se comunican mucho por redes. Por lo que estoy observando, no tienen claro lo que es un medio de comunicación y lo que es un canal de comunicación, y esto crea algunas disfunciones. Pero bienvenida sea la comunicación en masa, que la gente tenga la capacidad de expresarse y de decir lo que piensa. Hasta ahora, había mucha gente que no tenía nunca la oportunidad de decir lo que pensaba, ni en una tertulia ni en un programa de radio más allá de hacer una llamada o publicar una carta en un periódico. Ahora esto ha cambiado muchísimo y todo el mundo puede decir lo que considere. ¿Esto es bueno o es malo? Yo siempre pienso en positivo y creo que puede ser bueno. Deberemos regular un poco las condiciones, que esto sí que hace falta; pero es bueno.
Casi siempre has sido periodista de radio. ¿Qué tiene de especial la radio?
El directo; es decir, la proximidad. Es un producto que, cuando tú lo haces, es muy tuyo. No es como la televisión, donde necesitas un realizador, un cámara, una iluminación… En la radio, simplemente abres un micrófono y explicas lo que ves. Si te gusta mucho la capacidad de desarrollar, de hacer que la gente tenga imágenes auditivas, de crear mundos, ahora que todo son pantallas, la radio te da la posibilidad de imaginar y de hacerlo solo con el instrumento de la voz. Y eso es lo que más me apasiona.
La radio se mueve por el directo, por la inmediatez. Es un poco la tendencia que hemos tenido con todo. De hecho, las redes son también eso…
Y los diarios, que todos tienen ya la versión digital. La mayoría de los periodistas hemos acabado trabajando como los de la radio porque hemos de estar actualizando permanentemente. En los diarios, tú no puedes publicar en papel una noticia que ya tiene 24 horas… así que debes de darle un plus, un contexto, una explicación, un añadido, un reportaje. Porque, si no, la noticia nos llega al móvil con una facilidad que ya conocemos. El titular ya lo tenemos y ya nos han explicado por qué ha pasado, dónde ha pasado… Por eso es preciso dar contexto, algún añadido. Y eso con la radio ya estaba inventado, era más directa. ¡Así que nos han copiado! Por lo tanto, ahora que se dice que la prensa en papel desaparecerá, que la televisión está en cuestión porque las plataformas digitales de contenidos se la llevarán por delante… pues con la radio este debate ya no existe. También creo que los debates de siempre una cosa en contra de la otra no son del todo ciertos, porque siempre han convivido. Cuando nació el vídeo, la tele había de morir. Cuando nació la tele, debía morir la radio. Y la radio vive. Los diarios seguirán existiendo y en papel. ¡Evidentemente que sí! Puede que no con la frecuencia de ahora, pero continuarán existiendo. Y la tele no desaparecerá, porque todo lo miramos en una pantalla. Pero es cómo la consumimos. La tele clásica, lineal, puede que sí que esté acabada porque la gente joven ya no se espera a que sea una hora determinada para ver algo. Al contrario, la precariedad del mundo laboral, los cambios en la vida laboral y la contratación y los tipos de trabajo hacen que, cuando disponen de media hora, miran el capítulo de una serie o se bajan un podcast y se informan. Dicen: ahora tengo un rato, pues consumo lo que necesito en ese momento. Si no, debes esperar a que sea una hora concreta de la noche o de la mañana para poder ver un programa. Ha cambiado la manera de hacer las cosas.
Y tú, como consumidora de medios o de contenidos, ¿qué utilizas?
¡Todo! Tele, radio, papel… todo. Lo que sucede es que selecciono mucho. Busco la marca del periodista o de la periodista, busco qué dice una persona u otra de un diario determinado. De la tele, intento mirar el máximo de ruedas informativas, del 3/24, del canal 24 horas, de la BBC y de FranceInfo si es posible; un poco de todo. No todo cada día; depende también de lo que pasa en el mundo. No puedo vivir sin saber qué pasa. No sé. Pongo los pies en el suelo y lo primero que hago es conectar la radio.
¿Piensas que, en general, la ciudadanía consume la información con demasiada ligereza, sin ser consciente de si aquello es cierto o no? ¿Hemos perdido el papel del periodista como verificador de la realidad?
Por esta razón han aparecido tantas iniciativas de verificación. Porque es cierto que ya no somos solo los periodistas los que emitimos mensajes, sino que hay muchísima otra gente con un teléfono inteligente que emite mensajes. Por lo que la verificación es importantísima, y esto a veces lo estamos perdiendo por la velocidad con la que se nos demanda la información. Sucede cualquier cosa y hemos de decirlo ya, debemos tenerlo preparado ya… Y cuando dices, un momento, pero esto ¿es cierto o no?, porque si no es cierto nos acabamos pillando los dedos, como nos ha sucedido a todos en algún momento determinado. En algún momento has comprado una noticia que aparecía en redes sin corroborarla, has hecho que el corresponsal te la monte y te la venda y después no es verdad.
¿Y no crees que es una batalla perdida?
Creo que no. Mira, se dijo que el periodismo desaparecería y el New York Times, por ejemplo, está aumentado exponencialmente el número de suscripciones. Es decir, cuánto más problemas hay, o cuánto menos claro la gente ve lo que está sucediendo – época Donald Trump -, más busca la gente alguien que le verifique si las cosas son ciertas o no, porque ya no sabe en qué mundo se está moviendo. Ni la persona, ni sus hijos, ni si quieres invertir, no sabes si es un buen momento o no. Por eso cada vez más el refugio es el periodismo. La gente dice que el buen periodismo. Pero no existe el buen y el mal periodismo. Hay periodismo. El resto, no lo es. No hay mal periodismo.
¿Cuáles serían para ti los principios del periodismo? Porque vale la pena recordarlos, que a veces los perdemos de vista…
La contrastación, contrastar las fuentes. Es aquello tan conocido sobre que, si alguien nos dice que llueve y otra persona nos dice que no llueve, nuestro trabajo no es decir que hay uno que dice que llueve y otro que dice que no llueve, si no que nuestro trabajo es abrir la ventana y comprobar si está lloviendo o no. Esto es verificar y explicar y contrastar. Y cuando te equivocas, reconocerlo y explicarlo. En un mundo en que los canales de comunicación y el alud de información que te llega es brutal, la verificación es absolutamente necesaria y básica.
Además de ser una de las principales voces de Catalunya en el mundo radiofónico, también has sido decana del Col·legi de Periodistes de Catalunya durante 6 años y vicedecana durante 4. ¿Imaginaste alguna vez que lo serías?
No, nunca. Me impliqué porque me lo pidió Josep Maria Martí, que quería presentarse y terminó siendo decano. Nos conocíamos de Reus y me pidió que le acompañara. Era un tiempo en qué profesionalmente me venía bien, por decirlo así, y me apunté. Las circunstancias hicieron que él tuviera que dejarlo en un momento determinado y me pidió que me presentara como decana, y lo hice. En la vida, siempre he tenido claro lo que no quiero y aquello que quiero no lo he sabido nunca, me lo he ido encontrando. Esto no me lo había planteado. No formaba parte de mis planes.
Pero ha sido una buena experiencia…
Sí, ha sido un máster en muchos aspectos: en gestión de personal, en gestión de egos, en gestión empresarial, en gestión de la época del proceso político, que fue durísima… He aprendido muchísimo.
En la radio y en el Col·legi de Periodistes, has tratado con periodistas que hemos trabajado en medios de comunicación y en empresas e instituciones. ¿Existe diferencia entre ambos?
Evidentemente que hay diferencia, porque la comunicación es una comunicación de un producto determinado, es decir, se vende una cosa determinada. El periodismo es contrastar las fuentes y saber si aquello que te dicen es cierto o no lo es y qué base tiene y cuál deja de tener. Es evidente que se puede hacer el mismo trabajo con ética y con profesionalidad, de un lado y de otro. Cuando aún hay periodistas que dicen “me he pasado al lado oscuro”, es que les reñiría… No hay lado oscuro. Lo que hay es una forma de hacer bien un trabajo u otro. Para muchos periodistas, la mayoría de las salidas profesionales de hoy en día son en el ámbito de la comunicación, y tú puedes comunicar aquello que una empresa necesita, aquello que una institución necesita, que una organización necesita. Nuestro trabajo es poner en valor aquello, si creemos que lo vale y lo merece y escoger y confirmar y contrastarlo. Como haríamos con cualquier otra noticia.
Por lo tanto, a la parte del periodismo en el otro lado, no le llamarías periodismo…
No. Le llamaría comunicación, pero no para menospreciarlo y decir que los periodistas son más o menos. Le llamaría comunicación porque una cosa tiene unas reglas, unas normas y unos aprendizajes y la comunicación, aunque las bases vienen a ser bastante similares, tiene otras. No es lo mismo que tu debas tratar con la información de todo el mundo que estar en una empresa que se dedique solo a comunicar aquello que le interesa que se sepa, o que socialmente encaje, o que crea que tiene un mensaje a ofrecer socialmente. Son cosas con unas ciertas diferencias.
Aun así, el Col·legi de Periodistes creó una comisión de directores de comunicación…
¡Por supuesto! Y lo potenciamos muchísimo. Lo hicimos no solo porque existen salidas laborales sino porque es un buen trabajo como lo puede ser el del periodismo. Periodismo tampoco es solo hacer de corresponsal de guerra. Ni todo el mundo va a una facultad porque quiere ser periodista de guerra, ni todo el mundo va a una facultad porque quiere ser director de comunicación. Lo acaban descubriendo. Y creo que, no siendo exactamente lo mismo, tienen las mismas bases, que son las de hacer bien el trabajo y comunicar. La base es comunicar.
¿Crees que es óptimo que las personas que se dedican a la comunicación desde empresas e instituciones sean periodistas?
Yo creo que sí. Porque tienes la formación para saber tratar las fuentes, que esto es importante estés donde estés; contrastar las informaciones y saber que, cuando te diriges al público, existen conceptos – como a veces sucede, por ejemplo, en el ámbito médico – que son muy técnicos y deben traducirse. Todo esto es lo que aprendes en una facultad para ser periodista. Creo que en el mundo de la comunicación, la base debe ser un periodista. Lo he dicho y es lo que defendimos desde el Col·legi de Periodistes.
¿Os encontráis cada día con más personas que quieren dedicarse a la comunicación?
Tengo alumnos que en la actualidad están haciendo periodismo pero que se encaminan hacia la comunicación porque ven que les gusta más, que les convence más. Creo que sí, incluso creo que está bien para saber cómo funcionan los periodistas. Si eres una empresa o una organización, un partido político… y sabes cómo funcionan los medios de comunicación, tienes muchas más vías abiertas para saber cómo te puedes relacionar con estar empresas periodísticas a las que quieres convencer sobre tu mensaje.
Como periodista en la radio, dirigiendo programas como has hecho, magazines, informativos, etc. ¿te has encontrado con malas prácticas por parte de directores de comunicación?
Algunas sí, pero como me he encontrado con directores o compañeros bordes, por decirlo de forma directa. Con el paso del tiempo, las cosas han cambiado mucho y ahora los directores y las directoras de comunicación de las empresas u organizaciones tienen muy claro a quién se dirigen y cómo lo hacen. La relación ha cambiado muchísimo. Antes, lo que decía, hablaban del lado oscuro. Y la comunicación no es ningún lado oscuro. Es una comunicación vista desde otro punto de vista. Y eres periodista y la puedes ejercer desde un punto de vista o desde otro. Esto lo tengo muy claro.
¿Y qué debería tener un director de comunicación para hacer bien su trabajo?
Conocer a los medios y, sobre todo, complicidad. Tú no puedes llamar a una empresa o enviar una nota de prensa como se hacía antes, hace muchos años, “exigiendo/rogando su publicación”. No lo haremos exactamente igual que tú propones, o ampliaremos tus notas de prensa, te llamaremos, o pensaremos que tiene una derivada social que interesa a nuestro programa… Cada día recibimos centenares de notas de prensa de todos los lados: el Gran Recapte, Arrels al carrer, hacemos una campaña… Todo tiene una parte de comunicación que exige complicidad o complicidad.
Antes de terminar, queríamos pedirte una recomendación de algún libro o alguna idea que quisieras compartir.
Algo que me está interesando mucho desde hace tiempo es la comunicación no verbal, aunque yo me expreso siempre con las palabras… Se están haciendo muchos estudios acerca de ella y me llegó un libro de un señor que había sido interrogador del FBI que se titula “El cuerpo habla”. Él hace una deriva sobre cómo hemos de expresarnos en público, y es útil porque, a veces, los periodistas, por el hecho de ser de radio, parece que no debamos tener proyección pública y también debemos tenerla. Durante 10 años he debido exponerme a hacer mil cosas en público que me proporcionaron mucha información de aquellos tics de expresión corporal o de cuando alguien está mintiendo o no, más allá de las palabras. Cuando estás con alguien, le escuchas y notas con las inflexiones de la voz que te está enredando, vendiendo un submarino muy grande, una moto increíble, solo con las expresiones gestuales del cuerpo. O como cruzas las piernas, o como te comportas ante un determinado auditorio, o como interpretas una fotografía.
Para terminar del todo, tú que también eres profesora de periodismo, ¿cómo ves a las futuras hornadas de periodistas y comunicadores que tendremos?
Confieso que un poco despistadas. Porque no son usuarios de los medios como lo éramos nosotros, por decirlo así: no escuchan radio, ven poca tele, se informan a través de redes… y estudiando periodismo, les hace falta tener claro que todo debe contrastarse, que un medio de comunicación y un canal de comunicación no son lo mismo, etc. Los veo un poco despistados pero, eso sí, así que los sitúas, tienen ganas, y esto te levanta el ánimo. Porque cuando hay todos estos gurús que dicen que el periodismo ha muerto, pues no, no ha muerto. Lo siento mucho. No morirá nunca.
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