Estimado Mundo:

Lo lamento, pero ahora mismo nada parece indicar que el año que viene te resulte más plácido que este que estamos a punto de despedir. Más bien lo contrario. Por eso, si me lo permites, sugiero que te vayas preparando para explicarte mejor. Porque, como seguro sabes, aunque a veces no lo parezca, la comunicación no se puede entender solo como una función finalista a la cual recurrir para resolver problemas, sino que debemos creérnosla como el instrumento eficaz que es para garantizar nuestra reputación. Si las cosas se hacen de forma correcta, claro está.

Por si pueden serte útiles, aquí tienes algunas recomendaciones básicas para conseguirlo o, cuando menos, intentarlo:

1.- Profesionalidad. En comunicación, la improvisación también acaba en confusión. Conócete bien, fíjate objetivos y propósitos y qué quieres explicar, el contenido. Cuando lo tengas, piensa en el formato. Si te dejas aconsejar por una persona especialista en la materia, profesional y preparada, todo resultará más fácil, ya lo verás.

2. Claridad y concreción. Queremos y necesitamos que nos entiendan todas las personas. ¡Más aún si somos administración pública!

3.- Transparencia y coherencia. Para generar confianza y credibilidad, que se han de ganar cada día haciendo aquello que dices que haces y no algo distinto.

4.- Ética y responsabilidad. Más importantes que nunca habida cuenta de las posibilidades demostradas de manipulación y mal uso de la información.

5.- Autenticidad. Indispensable hoy cuando la gesticulación, el postureo y las representaciones digitales eclipsan la realidad demasiado a menudo.

6.- Valor añadido.  Sin dejar de ser tú mismo, y haciendo lo que ya haces porque es lo que corresponde, piensa qué más puedes hacer para dejar bien claro tu compromiso para un mejor futuro.

7.- No descuidar nunca el factor humano. Por más que los avances tecnológicos nos ayuden a ser más eficientes en la gestión de la comunicación, la relación directa con las personas sigue siendo fundamental. Escúchalas, respóndeles, háblales. Si es posible, siempre con una sonrisa.

Estas recomendaciones son básicas no porque sean simples, que lo son, sino porque nunca dejarán de ser actuales; por años que pasen o modernidad que haya.

No es tan difícil, la verdad, pero aun así hay quien sigue considerando la comunicación un gasto prescindible y no una inversión necesaria. ¡Dime que tú no eres de estos, Mundo!

A la espera de nuestro pronto reencuentro, y a pesar de los pesares que el 2024 nos plantea, que tengamos todos unas Felices Fiestas.

Salud y buena comunicación.