El otro día me encontré con una amiga. Estaba muy preocupada porque le había llegado el rumor de que la dirección de su empresa estaba preparando una importante reestructuración según la cual el área que dirige perdería algunas de sus competencias en beneficio de otra área. Como sos podéisimaginar, esta amiga no tenía ninguna información oficial sobre la reestructuración ni sus afectaciones, pero ante los insistentes rumores, su preocupación no paraba de crecer.
Hacía semanas que no dormía bien dándole vueltas. ¿Por qué la empresa quería reestructurar un área que había demostrado que funcionaba? ¿Por qué su cabeza no había dicho nada? ¿Como le afectaría la reestructuración? ¿Y a su equipo? ¿Debería cambiar de área? ¿Cuáles serían sus competencias? Había alguien en la organización interesado en perjudicarla?
Estas eran algunas de las preguntas que cada día la atormentaban y en las que, según me explicó, dedicaba cada día gran parte de su tiempo. Ahora se reunía informalmente con otros jefes para ver qué sabían de la reestructuración, ahora preparaba argumentos para defender su posición, ahora fomentaba el rumor con conversaciones en los pasillos y por whatsapp, ahora prestaba atención para ver qué podía averiguar, ahora veía fantasmas donde no había (o quizás sí) … Y como ella, toda la organización. Esta amiga no entendía por qué la empresa no había hecho ningún comunicado oficial y se mantenía en silencio, a pesar de la evidencia del mal clima laboral que esta situación estaba provocando y las afectaciones a la productividad y las personas.
Consecuencias de un rumor mal gestionado
Los rumores forman parte de todas las organizaciones y son un claro ejemplo de comunicación informal no controlada por la dirección. Aunque no siempre son negativos, es importante intentar gestionarlos, ya que un rumor mal gestionado puede:
- Favorecer un clima negativo de trabajo.
- Provocar una pérdida de confianza entre los equipos de trabajo y sus líderes.
- Disminuir la productividad y la eficiencia.
- Desmotivar al personal.
- Fomentar las malas relaciones entre las personas de la organización.
- Provocar conflictos laborales como huelgas, manifestaciones …
Por el contrario, no hay una manera más eficaz para desmontar un rumor que la información y la transparencia por parte de las organizaciones y de sus líderes. Si la organización donde trabaja mi amiga, hubiera informado sobre los planes y los motivos de la reestructuración, todos los rumores se habrían podido evitar, e, incluso, se habría podido implicar de una manera positiva a la plantilla que sabría hacia dónde va la organización y cómo podían contribuir a llegar hasta allí.
Ante situaciones como ésta, es imprescindible que las organizaciones dispongan de una estrategia de comunicación que defina los mensajes a difundir, la persona que los difundirá, el momento en el que los hará públicos y como los hará públicos con el fin de anticiparse a posibles rumores y liderar la comunicación.
Este liderazgo comunicativo es la clave para mantener la confianza de los trabajadores, motivarlos y favorecer un clima positivo de trabajo.
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