Lo confieso. Me he enamorado de Netflix. Y no lo he hecho de una de sus series, no. Me he enamorado de su CEO Reed Hastings y su modelo de negocio. Si no fuera porque soy una autónoma empoderada y convencida, Netflix sería la empresa donde me gustaría trabajar. Una empresa sin reglas que da libertad de acción y de decisión a sus trabajadores y que los trata sin paternalismos, como personas responsables. Un modelo donde la transparencia y la sinceridad con los empleados es un mantra y, donde se anima a los equipos humanos a dar su opinión, aunque su opinión sea contraria a la de sus jefes, y a hacer críticas constructivas para mejorar la compañía. Cualquier idea o proyecto es bienvenido siempre que sea por el bien de Netflix, venga de quien venga dentro del escalafón. Realmente revolucionario y a años luz de lo que estamos acostumbrados a ver en nuestro país.
Aquí no hay reglas
Reed Hastings, cofundador, presidente y CEO de Netflix, nos cuenta este modelo en el libro Aquí no hay reglas. Netflix y la cultura de la reinvención. A pesar de no tratarse de un libro de comunicación interna, cualquier persona interesada en esta disciplina debería tenerlo como uno de los sus libros de cabecera. Construir una cultura corporativa potente e innovadora es uno de los grandes retos actuales de las organizaciones. Y Netflix no sólo la ha construido sino que va muy por delante de muchísimas organizaciones.
La cultura corporativa de Netflix se basa en dos conceptos centrales: libertad y responsabilidad. Sin estos dos elementos, Reed Hastings considera que es imposible favorecer la innovación, el motor de la compañía. Así, por ejemplo, los trabajadores de Netflix pueden decidir libremente sus vacaciones y no deben justificar dietas ni gastos a nadie. La introducción de estos dos conceptos a la cultura corporativa de Netflix supuso un auténtico estruendo a nivel interno y, fue necesaria la implicación de todos los directivos y del mismo Hashtings, que tuvo que empezar a coger más vacaciones para estimular con su ejemplo al resto de la organización.
Evidentemente, estas políticas pueden presentar riesgos -trabajadores de vacaciones permanentemente, dietas y gastos sobredimensionadas … Pero para Netflix el riesgo de no aplicarlas es mucho mayor y hace una demostración práctica de confianza, que su capital humano le corresponde con una mayor motivación, un elevado rendimiento y un ejercicio responsable de sus libertades.
Sinceridad y honestidad
La sinceridad y la honestidad son también fundamentales en Netflix y se fomenta la autocrítica y la crítica constructiva. Cualquier empleado puede criticar a otro, aunque sea un superior, siempre que lo haga de cara y con voluntad de ayudarle a mejorar. El modelo de negocio de Netflix no esconde nada bajo la alfombra, incluso cuando se equivoca anima a sus equipos a exponer abiertamente que las cosas no han funcionado y qué han aprendido de cada error.
Una vez más el CEO de Netflix es el primero en predicar con el ejemplo. En 2011, cuando comenzaba a crecer el consumo audiovisual on line, Reed Hastings pretendía escindir Netflix en dos plataformas, Netflix y Qwister. Esta decisión le costó el 62% del mercado y Hastings no dudó en disculparse públicamente .
Claro, que siempre hay personas que no encajan en este modelo, pero en este caso en Netflix también lo tienen claro. Si no encajas, ya sabes dónde está la puerta.
Aunque esta cultura nos quede muy lejos, todos podemos aprender mucho de este pequeño libro e introducir pequeños cambios en nuestras organizaciones.
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