Megan Fritts es profesora de Filosofía en la Universidad de Arkansas. Este curso lo ha iniciado pidiendo a los alumnos de la asignatura Ética y Tecnología un texto presentándose y reflexionando sobre qué esperaban de él. Al recibir las respuestas, Fritts se ha alarmado por la gran cantidad de estudiantes que han usado ChatGPT para describirse y expresar sus expectativas. “Mi objetivo es crear mentes libres y, por lo tanto, delegar la tarea de pensar a una máquina que se limita a escoger de forma estadística qué palabra es más probable que siga a otra, es un insulto a la inteligencia”, se lamenta la profesora en un artículo publicado en Business Insider.

Sócrates, hace ya más de 2.400 años, decía que la escritura debilitaba la memoria, no permitía el diálogo y fomentaba una falsa sabiduría, ya que los que leían podían parecer sabios porque recordaban información escrita, pero realmente no comprendían profundamente lo que leían. Un poco como la reflexión de la profesora Fritts.

No seré yo quien discuta nada a una doctora en Filosofía, autora, además, de un magnífico podcast sobre el tema, Philosophy on the Fringes.

Y menos aún pondré en tela de juicio las palabras de uno de los filósofos occidentales más importantes de la historia.

Ahora bien, sí que confesaré que he usado ChatGPT para:

• Editar este post.
• Traducir el artículo de Business Insider.
• Sintetizar la opinión de Sócrates sobre la escritura.
• Sugerirme títulos para el post.

Y también os diré que no lo usaría nunca para:

• Formular un pensamiento crítico, porque precisa unos valores, emociones y matices que la inteligencia artificial no tienen.
• Tomar decisiones estratégicas de las de verdad, de las que implican recursos y que son difíciles de modificar, pero que al mismo tiempo requieren de olfato e intuición.
• Empatizar con una situación a partir de una conexión emocional y una comprensión profunda del contexto que no hay prompt que asimile.

Es decir, IA para facilitarme la vida, ¡sí! IA para comunicar (pensamiento, estrategia y empatía), no.