Este jueves 9 de noviembre se estrena oficialmente Blanes, vides arran de mar, el documental que hemos dirigido desde Síntesi por encargo del Ayuntamiento de Blanes. Se trata de un mediometraje de 32 minutos que recoge los testimonios de mucha gente de este municipio de la comarca de la Selva vinculada a la pesca y al pescado. El proyecto constituía un reto desde el primer momento, especialmente porque había poco tiempo para su realización. Un documental, tenga la durada que tenga al final, en condiciones normales requiere como mínimo de 6 meses de preproducción, rodaje y edición y postproducción, pero en este caso el deadline era tan solo de 3 meses, con el verano de por medio. En este artículo, Dolors Gordils ya explicó muy bien porqué escogimos el formato de documental cuando recibimos el encargo de ayudar a poner en valor el puerto pesquero de Blanes, pero ¿cómo aterrizamos esta teoría en un tiempo casi récord?

El primer reto era conocer el terreno: horarios, mecánicas de trabajo, saber quién-es-quién, detectar posibles inconvenientes, hacer las localizaciones necesarias… Como dicen los pescadores, “a pescar solo se aprende a bordo” y esto es lo que hicimos, habida cuenta que nadie del equipo sabía demasiado sobre pesca: durante 15 días rondamos por el puerto observando rutinas, hablando con mucha gente y descifrando los mejores horarios para los rodajes. Digo “descifrando” porque los horarios de los pescadores de Blanes no son fáciles: los hay que pescan de noche, otros de madrugada y los hay que pescan escasamente una hora. ¡Estuvimos tantas horas rondando por el muelle, observando y preguntando, que nos llegaron a confundir con inspectores de las administraciones!

Después de esta preproducción exprés, afrontamos los primeros rodajes con diversos personajes ya seleccionados y con algún otro que añadimos sobre la marcha. Y solapamos los rodajes con la edición, para acortar plazos. Decidimos empezar a montar a partir de secuencias cortas de cada personaje entrevistado, unas cápsulas que en principio podían irse intercambiando de orden en función del relato final que quisiéramos conseguir. No es una estructura demasiado ortodoxa, pero resulta ágil y versátil; sobre todo si cuentas con un equipo altamente profesional que tiene claro cuáles son las dificultades y cuál es el objetivo. Permitidme que los cite: Dolors Gordils –dirección–, Delfí Roca -realización–, Àlex Mas –imagen– y Marc Abad –audio–.

[Uno de los trailers del documental]

Al margen de los rodajes en tierra –en el muelle, en la lonja, en las pescaderías, en casas… –, también decidimos cubrir tres jornadas de pesca con tres tipos diferentes de embarcaciones: un quillat, una teranyina y una sonsera. En Blanes hay embarcaciones con otros métodos de pesca, pero estas tres nos parecían básicas para hacer una fotografía fiel de la realidad del puerto pesquero, porque son las principales y porque trabajan en horarios bien distintos: de madrugada, de día y de noche. Cuando te haces a la mar sin ser un experto, siempre dudas sobre cómo responderá tu cuerpo. Y en este caso, ni las biodraminas nos salvaron del todo y sufrimos bajas en el equipo que resolvimos gracias a la gran profesionalidad de todos y, especialmente, del más afectado. Si nunca lo habéis hecho, ¡no os recomiendo en absoluto haceros a la mar en un día de fuerte oleaje!

Con los rodajes finalizados y con algunas secuencias ya montadas, era preciso acabar la edición sin pausa. Poner orden en el sistema de cápsulas que habíamos diseñado para conseguir un retrato fiel a la realidad del puerto pesquero, a sus dificultades, a sus retos y también a sus logros. Como bien explicó Dolors Gordils en su artículo, teníamos la voluntad de hacer el documental sin voz en off, por todos los beneficios que aporta. En el caso de Blanes, vides arran de mar el resultado es un documental que se explica solo, a través de sus protagonistas, sin interferencias, con el acompañamiento de la música y el sonido ambiental, con algún gráfico de apoyo y con imágenes de archivo para cerrar un producto que cumple la finalidad de poner en valor el muelle pesquero a través de una historia coral, de servir de base por si algún día se quiere desarrollar en formato documental otros relatos que ahora solo quedan apuntados y para usar como herramienta pedagógica y didáctica.

Todo esto no hubiera sido posible sin la buena predisposición y la colaboración decidida de muchísima gente: la Cofradía, los pescadores, las pescaderas, los intermediarios, el Archivo Municipal… Nosotros hemos puesto las horas y el trabajo, todos ellos han puesto las ganas para que todo saliera bien. Esto, para los periodistas, es impagable.

Y por si alguien se lo está preguntando… ¡cumplimos con la fecha de entrega!