Quico Sallés es periodista especializado en crónica política y, los últimos años, también en crónica judicial. Su carrera profesional empezó en la Cadena SER en Osona y actualmente trabaja en el diario digital El Món. Ha publicado dos libros y nos ha explicado que ya está preparando el tercero… Le preocupa especialmente la relación “pornográfica” que existe entre el periodismo y las fuentes –políticas, policiales, judiciales o institucionales–, el nivel cultural de los políticos y que los periodistas, a menudo, no tengan cuidado con el lenguaje. Está convencido de que siempre ha habido fake news, pero dice que ahora están más controladas que antes gracias a lo que él denomina “periodismo ciudadano” y que contrapone al periodismo “concertado”, haciendo referencia a la dependencia del Ibex o de los diferentes gobiernos.
Podéis escuchar el capítulo entero con Quico Sallés aquí [en catalán]:
Has publicado dos libros…
Bien, si se puede decir libros. Escritos en una noche… Yo creo que son una crónica larga. Me enredó el editor. Me dijo qué le interesaba y le preparé un borrador entre el vuelo a Berlín y la noche en Berlín, que la pasé escribiendo. Y de pronto me envía un contrato que quería publicarlo.
¿”Catalunya zona zero” también en una noche?
En una noche no, pero casi… Nos lo “pelamos” en tres noches. Es que yo hago fast food, no libros y cosas de estas. Esto lo dejo para los listos. Y ahora también me ha liado para otra cosa. Y este sí que tengo ganas de hacerlo…
Ya veo… “Operació Catalunya”. Para este, tardarás un poco más…
Sí, con este sí. Este, un añito largo.
¿Lo has empezado ya?
Bien, me han obligado a hacerlo. El juez García-Castellón me ha reclamado audios y artículos nuestros. Las querellas que están en los juzgados de Madrid, todas, aportan artículos nuestros, y con eso estamos… a la expectativa.
Te he presentado como periodista político y te has pasado a judicial… O quizás la política se ha judicializado…
Exacto. La política se ha judicializado. Y ahora hago judicial, interior y seguridad.
¿Cómo te tomaste este cambio? ¿Hay similitudes entre el periodismo político y el judicial?
No tiene nada que ver. A ver, todo es periodismo, pero hay una diferencia fundamental: a los políticos les gusta salir en los medios y a los jueces, no tanto.
Pero todo es periodismo local. Yo empecé en SER Osona y me lo pasé muy bien. Una cosa que te da el periodismo local es lo que es el periodismo; es decir, acudir a los sitios, conocer a la gente, enterarte de lo que sucede y explicarlo de una forma rápida y hacer la foto.
Y tanto da que sea judicial o político.
Exacto. Cada departamento tiene sus escenarios, sus protagonistas, sus porqués. Lo que cuesta es entrar y hacerte un poco a la idea de la descripción de la biosfera, pero no deja de ser lo mismo. Igual que el que hace deportes o el que hace cultura.
Pero, claro, si vienes de la escuela del periodismo local, que es el mejor y el más difícil de hacer, porque es el más controlado, el algoritmo que tu aplicas para hacer el trabajo te facilita mucho las cosas.
Por lo tanto, a pesar de que es el más controlado, no dirías que el periodismo local es desagradecido…
En absoluto. Al contrario. Es divertido y creo que es el de más calidad, precisamente porque es el más controlado. Pongamos ejemplos. Si tú haces una noticia sobre el pleno de Manlleu o de Roda de Ter, lo más factible es que te encuentres a un concejal en el bar, o que te encuentres a alguien del público, o de la oposición, o del gobierno; entonces es un fuego cruzado triangular. Es decir, debes tener mucho cuidado sobre lo que estás explicando porque, además, te diriges a un público que conoce los hechos. Esto lo noto mucho. Cuando tú ves una noticia en el TN sobre, pongamos por caso, un homicidio en las Borges Blanques y lo has vivido y sabes de dónde es la familia, etcétera, cuando te explican la pieza en el TN dices “esto no es exactamente así”; en cambio, si la misma noticia se publica en un medio local, seguramente la persona de las Borges Blanques tiene tu contacto o conoce a alguien que lo tiene y te lo corregirá.
Por lo tanto, cuando dices controlado quieres decir que te obliga a ser más cuidadoso…
Exacto. Incluso puedes encontrarte con una situación tan absurda como la que viví un día de los Inocentes. Nos inventamos que en el pantano de Sau había una hembra de cocodrilo que había puesto huevos. Hicimos todo el montaje, con un compañero de Radio Manresa que se hizo pasar por veterinario. Pues me llamó Televisión Española por este tema…
O sea que fuisteis pioneros de las fake news del periodismo local…
Yo creo que las fake news han existido toda la vida y, a dios gracias, las fake news ahora son menos.
¡Pero si existe la percepción que ha proliferado!
Yo creo que no. O sea, hay más, pero están más controladas. Me explico. Nosotros fuimos a la guerra de Irak por una fake new, la guerra de Cuba fue una fake new… Hay centenares de noticias que han cambiado la historia que eran una manipulación a través de la cultura de masas. Ahora es mucho más difícil hacer esto. El último gran ejemplo lo tenemos en la Guerra de Ucrania. Ahora las noticias se neutralizan. El periodismo ciudadano permite que aquel que es receptor de la información también sea crítico de esta información en tanto que la vive.
Antes era noticia lo que decidía el director de La Vanguardia o de El Periódico o del medio que fuera. Ahora las noticias también las deciden los lectores. Es decir, si el 1 de Octubre no hubiera habido votantes en las escuelas con un teléfono móvil publicando twits, stories en Instagram y en Facebook y Whatsapps y Telegrams, te aseguro que aquí no habría pasado nada y la versión que habría quedado es la que explicaban ABC, Mundo o TVE, que hacían documentales sobre la pesca de la trucha.
¿Quién fomenta el temor por las fake news? Los que han perdido el monopolio de la información. O sea, los grandes grupos que han perdido el monopolio de la información y se dedican a criticar a los diarios digitales, las redes sociales, los podcasts, etc.
La vida ha cambiado, afortunadamente. Llevamos toda la cultura de masas manipulados. Y conste que no digo que nosotros seamos los buenos y los otros, los malos. Todo el mundo defiende sus intereses, pero las lecciones de periodismo y de fake news por parte de la prensa “concertada”, sobrarían.
Este tipo de periodismo, ¿se critica por el formato (digital) o porqué quiere ser diferente del “concertado”?
Se suman las dos cosas. Es decir, efectivamente el formato les inquieta porque permite inmediatez, es más barato, más entretenido, no tiene los bordes y el encorsetamiento del papel y, además, para mí, el gran valor que tenemos es la interacción con los lectores, que es un tesoro. Es como tener un buzón de sugerencias permanente que te ayuda a mejorar el producto en todos los sentidos, incluso ortográficos.
Ser un medio digital no necesariamente significa ser un medio «comunista» ni de buen periodismo. El buen periodismo se hace en papel, en digital, en radio, en tele… Lo que sí es cierto es la pérdida de este monopolio por parte de aquellos que decidían una portada. Ahora ya no es así, las noticias las puede decidir todo el mundo.
En definitiva, el periodismo no es otra cosa que ir a los sitios, enterarte más o menos de lo que sucede, explicarlo lo más rápido posible y hacer una foto. El resto es literatura. Parece fácil, pero no lo es.
Tan sencillo y, a la vez, tan complicado…
Exacto, y además siempre tienes diferentes versiones. Yo estoy todo el día en la calle. ¿Por qué puedo hacerlo? Pues porque detrás tengo a una redacción que me sitúa, me ordena, me dice por dónde van las cosas, etc.
Entonces, aunque no lo parezca, ¿te dejas dirigir?
¡Claro! Siempre has de hacer caso de la gente que tiene la visión panorámica de todo. Se trata de hacer periodismo en equipo.
A lo largo de tu carrera profesional, seguro que has debido relacionarte en más de una ocasión con directores de comunicación, jefes de prensa, de protocolo… ¿Cómo es esta relación?
En algún caso es la deseable, pero en otros no.
Creo que se ha cometido un error, sobre todo en el periodismo político. Los partidos políticos tenían una costumbre pésima, que era coger a gente muy joven que venía de una cierta militancia y la colocaban en comunicación y prensa. O también colocaban a gente joven que había hecho poca calle, que no había estado nunca en un medio, y esto se nota mucho. Siempre digo que un buen jefe de comunicación trata igual a un becario que a un profesional que lleva cuarenta años en el oficio. Y todo el mundo conoce las reglas del juego y el trabajo que le corresponde.
Y cuando esto no es así, ¿por qué sucede? ¿A qué se debe?
Pues en la mayoría de los casos se explica porque la información política se ha convertido en un relato. Los diputados no hablan si antes no han recibido el argumentario. Es así de triste y, además, con un nivel cultural que me deja extraordinariamente perplejo. Pero mucho. Me aterra.
Entonces, ¿qué sucede? Que las crónicas políticas utilizan el mismo lenguaje que usan los políticos y que no entiende nadie. Y nosotros no escribimos para los políticos, escribimos para todo el mundo.
Con ello tampoco quiero decir que tomemos el lenguaje del periodismo deportivo y lo traslademos a la crónica política, que se está haciendo, pero sí creo que todos deberíamos tener un poco más de cuidado con el lenguaje.
Es verdad que en la política se establecen bandos. Se habla incluso de hooliganisme en política y en periodismo político…
Sí, sí, y con todo. Incluso con la Covid se hicieron bandos. Es decir, si tu explicabas el posicionamiento de un doctor, ya llevabas la camiseta de un partido.
Pero sucede los mismo cuando consentimos esta relación pornográfica entre medios y la policía. Es una cosa escandalosa. Por ejemplo, Crims, un gran programa, una gran docuserie, pero ¿podemos decir que es un blanqueamiento de la policía?
De hecho, lo que comentábamos hace un momento, antes puede que no se hubiera dicho, pero ahora en las redes sociales hay una corriente de opinión que va por aquí…
Exacto. Y conste que yo veo el programa y lo encuentro extraordinario, pero nuestro trabajo no es blanquear ni ser amigo de nadie, por desgracia, porque si no, perdería el sentido. Y lo mismo sucede cuando veo a veces la relación pornográfica entre partidos y periodistas o entre instituciones y periodismo, pero por esta simbiosis que se crea. Y todos pecamos en este sentido, pero debemos darnos cuenta de que no lo hacemos bien si lo hacemos de esta forma.
Pasó mucho en el proceso. Dábamos por hechas cosas que no eran. Tuvimos mucha condescendencia y así nos fue.
O con los atentados del 17 de agosto. Tras haberme pasado 15 días en Ripoll y en Alcanar, creo que puedo decir que algo hicieron mal los mossos. La investigación del 17A es un fiasco y lo dice todo el mundo.
Tan abiertamente diría que no…
Mira, la última vez lo dije en el (programa) FAQS de TV3 y me cayeron unas cuantas broncas…
Es igual que la Operación Catalunya. Se sacaron cosas de gente que puede que no estaban bien hechas… De lo que se trata es de explicarlo todo en la medida de lo que se puede y explicar el porqué, y sobre todo siendo honesto. Porque el periodismo objetivo tampoco existe.
Estaba pensando en la Operación Catalunya y en lo que me comentabas al inicio sobre el libro que llevará este título. Has dicho un año. Entonces, ¿podríamos comprarlo por Sant Jordi del año que viene?
¡Ostras! ¡Espero! Sería chulo por Sant Jordi…
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