A menudo, demasiado a menudo, los que nos dedicamos a la comunicación corporativa focalizamos todos los esfuerzos en implementar políticas de comunicación estables y una cultura comunicativa en las empresas y en las organizaciones y nos olvidamos del aspecto más básico de la comunicación, que es entendernos.

Se han dado muchos pasos para intentar que las instituciones y las corporaciones alcancen conceptos de comunicación clara, y grandes expertos como la catedrática Estrella Montolío hace años que batallan por trasladar los principios de la comunicación clara a las instituciones como un derecho básico de los ciudadanos.

Comunicar y hacer que tu mensaje llegue con claridad debería ser la base de cualquier política de comunicación. Y ahora que abundarán los visionarios sobre las grandes tendencias de la comunicación en este 2024, quizás ha llegado el momento de plantear la comunicación clara como el gran reto del sector. ¡No hace falta poner ejemplos de la gran cantidad de mensajes que se emiten cada día y que no llegan a sus destinarios por el simple hecho de que no hay manera de saber qué quieren decir! En la mayoría de nuestras comunicaciones necesitamos un traductor que nos interprete aquello que estamos diciendo, ya sea por demasiados tecnicismos, por lenguajes enredados y enrevesados o porque, simplemente, el emisor no ha tenido en cuenta a quién iba dirigido su mensaje y no ha escuchado las necesidades de la persona en lo que concierne a la comunicación.

Las empresas, las organizaciones y las instituciones necesitarán muchas dosis de conocimientos y habilidades comunicativas para aprender a comunicar con claridad. Y a pesar del trabajo que se ha hecho hasta el momento, especialmente desde el mundo académico, ahora corresponde aterrizar los principios de la comunicación clara y hacerlos extensivos en todos los ámbitos. Estaría bien que este fuera el gran reto de la comunicación para este año que acabamos de estrenar.

Por suerte, la Federación Internacional de Lenguaje Claro ya ha publicado la ISO 24495-1 Plain Language-Part 1: Governing principles and guidelines  (Lenguaje claro-Parte 1: principios y directrices). Se trata de una guía universal para redactar en lenguaje claro dirigida a cualquier persona, que coloca a los destinatarios de la comunicación en primer lugar y en función de lo que realmente necesitan saber, de su nivel de conocimiento y del contexto en el que se usa la información. Un primer paso de un camino muy largo que debemos empezar a recorrer. Sí o sí.